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mercoledì 19 maggio 2010

Donde mueren las especies


BIODIVERSIDAD, UN CONCEPTO QUE PUEDE TRANSFORMARSE EN RECUERDO


Entre otros desastres, la actividad humana está llevando la biodiversidad a la catástrofe. Todos los días desaparecen especies, todos los días se deforestan algunos kilómetros cuadrados, todos los días hay un ecocidio en las “zonas calientes” habitadas por especies especialmente vulnerables, muchas de las cuales están al borde de la extinción.

En 1988, el biólogo Norman Myers definió los puntos calientes de la diversidad biológica como aquellos lugares de la Tierra que reúnen dos condiciones: a) contienen al menos 1500 especies de plantas vasculares que no se encuentran en ninguna otra parte del planeta (son plantas vasculares las que poseen un sistema interno para el transporte de agua y nutrientes) y b) han perdido al menos el 70 por ciento de su vegetación original.

Los puntos calientes abarcan sólo el 2,3 por ciento de la tierra firme del planeta, pero en ellos vive el 42 por ciento de las especies conocidas de animales con columna vertebral y la mitad de las plantas con flores.

Inicialmente, Myers identificó diez puntos calientes. En los años siguientes, él y otros científicos fueron agregando más. La lista actual incluye treinta y cuatro. Alguna vez abarcaron en conjunto 23.500.000 kilómetros cuadrados, hoy suman apenas 3.400.000. Las zonas más afectadas son el Cuerno de Africa, la Cuenca del Mediterráneo, Nueva Caledonia y la Región Indo-Birmana. Cada uno de estos puntos calientes perdió el 95 por ciento de su vegetación.

Las principales causas de estos desastres son la contaminación y la destrucción del ambiente, la caza y la pesca descontroladas, el traslado casual o deliberado de especies y el cambio climático global (que también es consecuencia de las acciones humanas).

La tala de árboles es la actividad que más daño provoca. Entre 1938 y 1988, eliminó el 90 por ciento de los bosques del oeste ecuatoriano. A fines del siglo pasado, después de arrasar las selvas de Malasia e Indonesia, las compañías madereras se mudaron a Papúa Nueva Guinea. Al paso que van, se calcula que para el 2021 habrán terminado con la mitad de la vegetación que existía en 1975.

Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará, ha empezado a descubrir el sentido de la vida
D. Elton Trueblood

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